
¿Cuál es tu proyecto de vida?
Proyecto Personal / Proyecto de Pareja / Proyecto de Paternidad-Maternidad
El proyecto personal podríamos definirlo como el proyecto compuesto por todas aquellas elecciones que vamos haciendo a lo largo de nuestra vida. Elegimos a las personas con las que compartir nuestra vida, a nuestras amistades. De igual manera, elegimos dónde vivir, cuáles son nuestras aficiones o a qué nos vamos a dedicar profesionalmente. Nuestro proyecto personal va a da respuesta a nuestras necesidades, ansiedades y sentimientos, y a su vez, va a incidir sobre nuestras actitudes ante la vida y nuestros comportamientos personales.
En cada etapa de la vida elegimos nuestro propio proyecto y éste se va afianzando con el paso del tiempo.
Entre estas elecciones que vamos haciendo a lo largo de nuestra vida está la de tener o no tener pareja y la de ser o no ser padre o madre.
Si en un momento dado de nuestra vida decidimos iniciar una relación de pareja, al proyecto personal le estaremos sumando el proyecto de pareja. Esto no significa que obligatoriamente a éste haya que añadirle el de paternidad-maternidad. Ser padre o madre o no significará una nueva elección.
Estamos, entonces, hablando de tres proyectos diferentes e interdependientes.
Proyecto personal, proyecto de pareja y proyecto de paternidad-maternidad. Serían distintas facetas dentro de nuestro proyecto de vida, si bien el personal es la base de los otros dos y del que no nos podemos desprender hasta el final de nuestra vida.
Será decisión nuestra el reparto que hagamos en tiempo y dedicación a estos proyectos. Lo que sí es importante es que está decisión sea fruto de nuestra reflexión y no esté influida por factores de carácter externo.
Y una vez planteado esto, antes de continuar, reflexionemos sobre nosotros mismos:
- ¿Cuánto tiempo dedicamos a nuestros hijo/as? ¿Es suficiente? ¿Quizás demasiado?
- ¿Nos desvivimos por nuestros hijo/as? ¿Le dedicamos tiempo a nuestra pareja al margen de nuestros hijo/as?
- En algunos momentos ¿Preservamos nuestro proyecto personal del resto de proyectos?
Si respetamos la suma de estos proyectos como complementarios y no excluyentes, los padres y madres no deberían vivir únicamente por y para sus hijo/as.
Hay algo en el imaginario social que plantea que hoy en día ser un buen padre es desvivirse por los hijo/as. Y que la situación idílica son unos padres que les dedican todo el tiempo a sus hijo/as, excepto el que están trabajando que en cualquier caso también es trabajar para ellos.
Sin embargo, este tipo de relación no es beneficiosa ni para los padres/madres ni para el niño/a.
Por un lado los padres vivirán en la renuncia y en el sacrificio y esto les terminará pasando factura. Por otro lado, el niño/a estará en deuda con esos padres que se han desvivido por él. Este no es un modelo sano de relación entre padres/madres e hijo/as y en consecuencia no es lo que un niño/a necesita para crecer.
Con esto, no pretendemos decir que los hijo/as no sean parte importantísima en la vida y el proyecto de un padre y una madre. Es más, los hijo/as necesitan tiempo y dedicación de los padres/madres. Pero no absoluta. No exclusiva.
Ser buenos padres/madres debe ser una responsabilidad pero no ser sentida como una carga.
Es una opción ser padre/madre o no serlo; sin embargo ser un buen padre/madre no debería ser opcional.
Ser buenos padres/madres no es dejar de ser uno mismo.
Tanto padres como hijo/as deben tener sus proyectos de vida diferentes.
La tarea de los padres/madres será la de ayudar al hijo/a a que con el nivel de autonomía suficiente, fruto de su crecimiento a lo largo de las diferentes etapas de su vida, pueda encontrar y realizar su proyecto personal.